martes, 12 de diciembre de 2006

Mikeldi, ¿un verraco extraviado?


El habitualmente conocido como "Ídolo de Mikeldi" es una representación característica de verraco, con la particularidad de que entre sus patas sujeta un peculiar disco sobre el que en su día pudieron verse perdidas escrituras, supuestamente en caracteres prerromanos. La pieza, que hoy se expone en el patio del Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco, fué encontrada en los alrededores de la villa de Durango (Bizkaia), junto a la desaparecida ermita de Mikeldi. La escultura está realizada en piedra arenisca, procedente de las cercanas canteras de Gailandia (Iurreta), y de una sola pieza. En el lado derecho presenta una serie de perforaciones o cazoletas a las que se atribuyen un carácter mágico-religioso. Se data en la II Edad del Hierro, no existiendo nada parecido en todo el pais vasco y áreas limítrofes. Sólo es posible relacionarlo con los verracos del área meseteña.
El idolo es conocido desde antiguo, y así Gonzalo de Otalora, en el S. XVII, al ocuparse de las antigüedades de la Merindad de Durango, nos hace la siguiente descripción del mismo:
"... se halla y ve una gran piedra, así monstruosa en la forma, como en el tamaño, cuya hechura es una Abbada o Rinoceronte, con un globo grandísimo entre los pies, y en él tallados caracteres notables, y no entendidos, y por remate una espiga dentro de la tierra. Está en campo raso (causa de mostrarse deslavado) .No se tiene memoria de él, si bien corre por Idolo antiguo ".
También el P. Flórez nos habla de él en el S. XVIII, aunque nada dice ya sobre la inscripción, que probablemente se habría borrado.
La pieza posteriormente debió quedar sepultada, pues así la encontraron Juan E. Delmas y el señor Trueba cuando fueron a verla y desenterrarla. Así nos narra Delmas la peripecia:
"El día 10 de abril de 1864, el insigne literato D. Antonio Trueba y el autor de este libro se dirigieron a Durango con el objeto dc saber lo que era el ídolo de Miqueldi. Lo hallaron enterrado en el sítio que aquí se menciona, expuesto a ser mutilado por las ruedas de los carros que atravesaban la senda, como ya habían rozado ligeramente el lomo del animal que representa. A fuerza de diligencia lograron descubrir una parte de la informe escultura, dejando de proseguir sus investigaciones por carecer de medios suficientes para el caso. Manifestaron su deseo al Sr. D. Gervasio de Jáuregui, su amigo y alcalde dc la villa, quien, con un exquisito celo que revelaba su amor por la conservación de objeto tan curioso, puso a su dlisposición varios operarios para que sc encargasen de desenterrarlo. Citados todos para la madrugada del siguiente día, se cayó la tierra y salió a luz el ídolo; se le colocó en su verdadera posición, fué copiado y se le trasladó al lugar en que hoy se encuentra. Mide 6 pies y 9 pulgadas desde la cabeza hasta el extremo posterior opuesto, y 4 en la base: 4 pies y 7 pulgadas verticalmente en el centro, y 5 pies desde la base hasta la parte superior del cuello. El grueso del cuerpo, I pie y 6 pulgadas; la cadera, I pie y 6 pulgadas, y la misma medida la parte más ancha de la cabeza. El globo, que es perfectamente circular, tiene 2 pies y 7 pulgadas dc diámetro. Según un cálculo prudencial dc los hombres que lo removieron, su peso no baja de 200 arrobas. La calidad de la piedra es arenisca, al parecer dc las canteras de Yúrreta, distantes media legua del punto en que fué hallado".
La piedra volvió a ser desenterrada en el año 1.896 y trasladada al Museo Arqueológico en el año 1.920, lugar donde ha permanecido hasta la actualidad.
El Mikeldi que aparece en la foto es una copia exacta del original y puede verse en Durango.

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