sábado, 20 de enero de 2007

César Borgia, “El príncipe”, quinto centenario de su entierro en Viana (Navarra)



Hijo de Rodrigo Borja, el Papa Alejandro VI, César comenzó su carrera como eclesiástico, alcanzando las dignidades de Obispo de Pamplona y Arzobispo de Valencia.
Abandonará posteriormente el ministerio sacerdotal y será nombrado conde de Valentinois, dignidad desde la cual conquistará diversos territorios de la actual Italia, dando origen al ducado de Romaña, el cual ostentará.
Tras el fallecimiento de su padre en 1503 César pierde sus privilegios siendo apresado y entregado a Fernando el Católico, quien lo mantendrá preso en el Castillo de la Mota de Medina del Campo de donde escapará tres años después.
Casado en 1499 con Catalina de Albret, encuentra buena acogida en la corte del rey Juan III de Navarra, hermano de Catalina y por lo tanto su cuñado, quien había accedido al trono de Navarra a través de su casamiento con la legitima heredera del mismo, Catalina, que también así se llamaba.
Dadas las malas relaciones entre los dos reinos, no tardaría mucho en entrar en batalla a favor del Reino Navarro, y en su defensa encontró la muerte en el año de 1507. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de Santa María de Viana, en cuyo atrio reposa en la actualidad, ya que tras la victoria del rey castellano, el obispo de turno mandó sacarlo de allí, y situarlo fuera del recinto sagrado para que fuera “pisoteado”.
Parece que con motivo del quinto centenario de su fallecimiento, las autoridades competentes pretenden devolverlo a su lugar de origen. Y es que dada la importancia de personaje tan ilustre, que incluso supo inspirar a Maquiavelo su obra más célebre, El príncipe, no parece de recibo que siga soportando las inclemencias del tiempo y los pisotones de los transeuntes.

Para leer la noticia: EL CORREO

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