jueves, 20 de septiembre de 2007

Viaje por España, de Teófilo Gautier (El cura)

Desde Astigarraga, pasando por Hernani y Tolosa, llega hasta Bergara, donde ve el primer cura tras pasar la frontera, y lo decribe así:



BERGARA


“En Vergara, que fué donde se firmó el tratado entre Espartero y Maroto, vi por primera vez un cura español. Su aspecto me pareció bastante grotesco, aun cuando yo no tenga, a Dios gracias, ninguna idea volteriana sobre el clero; pero, involuntariamente, la caricatura del Basilio de Beaumarchais se me vino a la imaginación. Figuraos una sotana negra, el manteo del mismo color, y, como coronamiento de todo, un sombrero inmenso, prodigioso, fenomenal, hiperbólico y titánico, del que no puede dar idea aproximada ningún adjetivo, por hinchado y gigantesco que sea. El tal sombrero tiene, por lo menos, tres pies de largo; las alas van arrolladas hacia arriba, y forman, delante y detrás de la cabeza, una especie de tejado horizontal. Es dificil inventar nada más barroco y fantástico; sin embargo, esto no era óbice para que el digno sacerdote tuviera un aspecto muy respetable y se paseara con el donaire de un hombre con la conciencia tranquila respecto a la forma de su sombrero; en vez de babero -rabat-, llevaba un alzacuello azul y blanco, como los sacerdotes de Bélgica.”

Continúa...


Gautier, Teófilo. Viaje por España, Tomo I. Traducción de Enrique de Mesa. Espasa Calpe, Madrid, 1932

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