Petroglifos con forma de herradura
Es realtivamente frecuente encontrar, en los distintos pueblos de las comarcas zamoranas de Sanabria y Carballeda, grabados rupestres con forma de herradura.
Por lo que he podido leer, este tipo de petroglifos son también bastante habituales en otras zonas gallegas y leonesas. Parece que la gran mayoría de expertos coinciden en datarlos en épocas historicas, y se tiende a considerarlos como marcadores territoriales de época medieval. Ciertamente, en el caso que más conozco, el de Carbajales de la Encomienda, la marca de herradura, que aparece sobre El Sierro y junto a varias cazoletas, se corresponde con una leyenda que atribuye a Santiago un prodigioso salto desde allí hasta Fuentegrande-de monte a fonte-para enfrentarse a los sarracenos, a los que evidentemente derrotó de forma irremisible.
La linea que se dibuja con el salto del santo coincide bastante bien con la frontera que separa en la actualidad Carbajales de Rioconejos, el pueblo vecino. Todo esto parece corroborar las teorías que mantienen un carácter medieval para este tipo de representaciones sobre piedras con forma de herradura.
Sin embargo, parece que, al menos el signo, tiene un origen bastante anterior. Y es que D. Santiago Carretero Vaquero, en su estudio sobre al cerámica del campamento romano del Ala II Flavia en Petavonium, nos informa sobre la existencia, dentro de la cerámica de tradición astur, de unos motivos ornamentales con forma de herradura, que parece atribuir al siglo I de nuestra era:
“Tipo E.V: decoración de herraduras o lúnulas
Es un tipo ornamental excasamente representado -sólo 4 fragmentos- y tiene como común denominador la presencia de unos elementos ultrasemicirculares dispuestos de manera aislada, en posición tanto horizontal como vertical, que adquieren una fisonomía más parecida a la de una herradura que a la de un cuarto creciente lunar. Aparece siempre asociado a hileras horizontales u oblicuas de mamelones o perlas de distinto tamaño y, por lo demás, el resto de los componentes que pueden compartir el espacio decorativo varían notablemente, de tal manera que cada fragmento recuperado, cuya superficie conserva la suficiente entidad para apreciar su composición, puede decirse que posee un esquema decorativo diferente.”
Carretero Vaquero, Santiago. El campamento romano del Ala II Flavia en Rosinos de Vidriales (Zamora). La cerámica. Zamora, 2000
Me da la impresión que, con este testimonio arqueológico, se hace dificil creer en el origen medieval de estos petroglifos. Se me ocurre pensar que, en época medieval, tal vez se reutilizaron estos signos, que podían haber perdido su significado primitivo, como delimitadores territoriales señoriales.
Pero quizás también se podría pensar en una continuidad temporal, desde tiempos protohistóricos, de algunos limites territoriales que terminaron plasmándose en fronteras entre las distintas villas medievales que surgieron del periodo tardorromano.
En este sentido, puede resultar esclarecedor observar cómo un símbolo, que nada tiene que ver con una herradura, sirve como sustento de la misma leyenda de Santiago Matamoros, saltando también de monte a fuente, en el pueblo zamorano de Otero de Bodas.
Sobre el misterioso símbolo, con forma de pez en mi opinión, que podeis observar en la fotografía de la página de Otero de Bodas, y que aparece también en algún otro pueblo de La Carballeda, en un contexto totalmente diferente, y del que tengo noticias también en otro pueblo leonés, intentaré escribir un próximo artículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario