sábado, 24 de marzo de 2007

Petavonium, el campamento romano de Rosinos de Vidriales en Zamora



La Legio X Gemina

Durante el periodo republicano, hasta los tiempos de Augusto, las legiones no tienen asentamientos estables, salvo los recintos campamentales de invierno, los cuales, algunas veces, son aprovechados por la población local tras su abandono por las tropas, no hay constancia de otros establecimientos más duraderos durante este tiempo.
Sin embargo, tras las Guerras Cántabras, tres legiones van a permanecer estables en la península: La Legio IV Macedónica, que se asentará cerca de Reinosa, se ocupará de la vigilancia de los pueblos cántabros. Al cuidado de los Astures estarán la Legio VI Victrix, con guarnición en Legio y la Legio X Gemina, cuyo asentamiento estuvo muy cercano a nuestra tierra, en el Valle de Vidriales.
La Legio X Gemina participa de forma muy importante en los conflictos norteños, y son numerosos los veteranos de esta legión que se establecen tras su licenciamiento en colonias hispanas como Asturica Augusta, Emerita Augusta y Caesaraugusta. Tras las guerras, y con sus contingentes bastante diezmados, la legión se establece en el campamento de Petavonium, donde va a encargarse de prevenir posibles rebrotes de lucha por parte de los Astures. Por lo que sabemos de las tradicionales tácticas militares romanas, el lugar elegido para el asentamiento estable de tropas debe situarse en zonas poco inestables, pero relativamente cerca de los focos de conflicto, de forma que su capacidad de maniobra sea instantánea, pero sin arriesgarse a posibles ataques por sorpresa.
La localización del campamento está atestiguada arqueológicamente en el término municipal de Rosinos de Vidriales, al sur de la carretera que une dicho pueblo con el de San Pedro de la Viña. Su recinto está en la actualidad cortado por la carretera que une Camarzana de Tera con La Bañeza. El nivel de las excavaciones es todavía muy superficial, por lo que los datos son muy escasos. Los que aquí voy a exponer se deben a D. Santiago Carretero Vaquero. El recinto tenía 550 m. de largo por 315 m. de ancho, con una extensión de 17,35 hectáreas. Las reducidas dimensiones del campamento, que albergaría unos 4.300 o 4.800 soldados, pueden deberse, por una parte, a las numerosas bajas que la legión hubo de sufrir en las recién acabadas guerras, y por otra, a la dispersión de sus efectivos. Los elementos legionarios debieron ocuparse, además de labores propiamente militares, a funciones administrativas, como lo atestigua su presencia en la recién creada colonia de Astúrica Augusta.
La permanencia de la Legio X en Petavonium se dilata durante un periodo aproximado de 84 años, los que van desde el 19 a.c., fecha del fin de las Guerras Cántabras, hasta el 63 d.c. en que Nerón la traslada fuera del territorio peninsular. Durante dicho periodo se constata la existencia de otros dos recintos campamentales en la comarca, esta vez de tropas auxiliares. Se trata del campamento de la Cohors IIII Gallorum, que debió situarse en las proximidades de Castrocalbón, y el de Valdemeda, situado en la comarca de La Cabrera, en el pueblo de Manzaneda, y que con toda probabilidad dio cobijo al Ala II Gallorum Sebosiana. Ambas unidades formaban parte de la Legio X Gemina, en calidad de tropas auxiliares.

La Legio VII Gemina y Felix

La caída de Nerón sobreviene con el alzamiento de Vindex en la Galia, al que se suman las tropas de la Tarraconense al mando de Galba, las de Lusitania con Otón al frente y las del legado del ejército de África L. Clodius Macer. Todo el occidente se puso frente a Nerón. Galba es proclamado emperador en Clunia (Coruña del Conde - Burgos) por la única legión que queda en Hispania en estos momentos, la Legio VI Victrix . Con ella y con la recién creada Legio VII, reclutada entre los hispanos, dirige sus pasos a Roma para tomar posesión del Imperio. Pero los pretorianos se ocupan de terminar con Nerón y Galba vuelve a Hispania. No vuelve con él la Legio VII que relevará a la Legio X en el Danubio, la cual a su vez regresará a Hispania, seguramente, según D. Santiago Carretero Vaquero, a su antiguo campamento de Petavonium. Galba es asesinado en enero del 69 y es proclamado emperador Otón, quien a su vez es pronto sustituido por Vitelio, el cual tampoco va a durar mucho al frente del Imperio. Las legiones de Oriente apoyadas por las tropas del Danubio, entre las que se encuentra la Legio VII Gemina, proclaman emperador a Vespasiano y derrotan a Vitelio en diciembre del año 69.
Con Vespasiano se va a producir una nueva reorganización de los ejércitos en suelo hispano. Desaparecen del territorio peninsular las tres legiones que hay en él y desde el año 70 al 74 sólo permanecen en Hispania dos alae y cinco cohortes.
En el año 74 se produce la venida a la península de la Legio VII Gemina, la cual va a ser ya la única presente en suelo hispano hasta el fin del periodo romano. Su asentamiento será en Legio (León), seguramente sobre el antiguo campamento de la Legio VI Victrix. Sus funciones van a ser, no tanto militares, como de dirección de las explotaciones mineras, así como de construcción de puentes, calzadas, etc....
Algunas unidades de esta legión debieron permanecer algún tiempo en el antiguo campamento de la Legio X en Rosinos de Vidriales, como lo atestiguan ciertos restos arqueológicos encontrados en el lugar.

El Alae II Flavia Hispanorum Civium Romanorum

El conjunto de labores encomendadas a la Legio VII es compartido por un grupo de unidades auxiliares que se asientan en el Noroeste peninsular, y cuyas funciones van a estar íntimamente ligadas a la minería del oro. Una de estas unidades va a ser el Ala II Flavia, creada seguramente por Vespasiano. Su asentamiento en Rosinos de Vidriales debe corresponder al último cuarto del S. I d.c., coincidiendo aproximadamente con la llegada a León de la Legio VII.
A mediados del S. II , en tiempos de Antonino Pio, el Ala junto con otras unidades de Auxilia acantonadas en Hispania y la Legio VII, participan en los conflictos bélicos de Mauritania, estableciéndose en Lambaesis. Su estancia fuera de la península no debió ser muy prolongada, y seguramente para el año 158 ya está de nuevo en su emplazamiento zamorano donde permanecerá por lo menos hasta el año 252.
A partir de este momento desconocemos cuál fue la ocupación del campamento militar de Petavonium. En tiempos tardorromanos, finales del siglo IV o principios del V, la Notitia Dignitatum nos dice que pudo ser el asentamiento de la Cohors II Flavia Pacatiana, aunque se desconoce la posible fecha de su llegada a tierras zamoranas, así como si este hecho tuvo que ver con la salida del Ala II Flavia hacia Oriente.
Los hallazgos arqueológicos, tanto cerámicos como de pequeños bronces y recipientes de vidrio, permiten asegurar la ocupación tardorromana del campamento de Rosinos, según D. Santiago Carretero Vaquero, sin que ello permita atestiguar la presencia de la Cohorte II Flavia en el mismo. Lo que si parece demostrable es la escasa importancia numérica del asentamiento en estas fechas.

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