La escultura en la iglesia de San Nicolás de Bari, Bilbao - El retablo de San Crispín y San Crispiniano
Escoltando a los dos soldados romanos, patrones de los zapateros, encontramos a Santa Apolonia y Santa Bárbara. En el medallón de este retablo aparece representado el martirio de los protagonistas del retablo, y en los lienzos los bustos de Santa Águeda y Santa Lucía. De este retablo ha sido imposiblo obtener fotografía, ya que esta siendo restaurado.
San Crispín y San Crispiniano son muy parecidos entre si, con su uniforme romano y sus palmas de mártires. Aquí se ve bien reflejado el clasicismo aprendido por Mena, algo que ya había ensayado en su escultura de Liuva I, realizada para el Palacio Real. A pesar de ello, las gesticulaciones, el naturalismo y el movimiento producido por los cuerpos siguen mostrando esa imaginería tradicional del barroco. Mena va a estar en todas las esculturas de esta iglesia a caballo entre el movimiento barroco y la mesura clásica y académica. Los jovenes rostros de los mártires estan comunicados aunque no se miren, como si de una comunicación espiritual se tratara.
A los lados de los soldados encontramos a Santa Bárbara y Santa Apolonia. La primera es un ejemplo claro de la destreza que tenía Mena para desarrollar su hermoso canon de belleza. Aquí se ve a un escultor conocedor del arte antiguo, pero sin descuidar la identidad tradicional de la obra. La santa no llega a agarrar la palma, sínbolo de su martírio, pero el escultor es capaz de transmitir la espiritualidad con la mirada y la ampulosidad de los plieges en la telas. La torre, además, aporta una sensación de pesadez que consolida a la santa. Su compañera de retablo, Santa Apolonia, transmite la misma sensación: la espiritualidad no es transmitida por los simbolos sino por su mirada y vestimenta. De nuevo el realismo (sobresaliente en los pies) se combina con la sobriedad académica.
1 comentario:
Hola Repta
Me alegro de que te haya gustado nuestro blog.
Muchas gracias por tu comentario.
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