sábado, 15 de septiembre de 2007

Por qué mis gafas de sol son una obra de arte

El objetivo de este artículo es demostrar, que este objeto, además de poseer una funcionalidad concreta (proteger los ojos de la luz del sol), también posee un fuerte contenido artístico que puede llevar a considerarlo una auténtica obra de arte.
Antes de empezar mi justificación, es necesario conocer la forma del objeto. Para ello, vamos a utilizar una foto.



Este objeto surge de la combinación de dos innovaciones tecnológicas. Por una parte, encontramos la invención de las gafas. Es a finales del siglo XIII cuando se encuentra la primera mención a las gafas. Por las fuentes, se deduce que el descubrimiento de este objeto se realizo en la década de 1280; se piensa que las invento un físico que vivió en Pisa llamado Salvino Armato, y que las utilizó para mejorar su visión.
Por otra parte, en las gafas de sol se utilizan también las lentes oscurecidas. Estas aparecieron en China antes del 1430, y su primera función fue la de esconder la mirada de los jueces de la época, para ocultar su reacción al público ante las pruebas que le eran presentadas.
Como vemos, la función que hoy en día se les da a las gafas de sol podría decirse que no apareció hasta el siglo XX. Exactamente, fue el ejercito de los E.E.U.U. el que influyó de una manera crucial en la extensión de las gafas de sol. En el año 1930, una empresa recibió el encargo, de parte del ejercito del aire, de diseñar una gafas que sirvieran a los pilotos para protegerse de la luz del sol. Al poco tiempo, esta empresa comercializó el invento entre la población civil, cosechando un gran éxito. A la expansión de este objeto contribuyo una campaña publicitaria realizada en el año 1960, donde una gran parte de los actores de Hollywood y personajes famosos de la televisión empezaron a utilizarlas. A partir de ese momento, las gafas se convirtieron en un complemento prácticamente indispensable.


Para defender o justificar si un objeto es artístico o no, primero hay que saber lo que es un objeto artístico. El arte y los conceptos que se sitúan a su alrededor (el artista, el gusto, la belleza, el contenido, ...) han ido cambiando a lo largo de la historia. Ahora bien, aunque estos conceptos sean variables, siempre ha habido un elemento común que ha permitido a los objetos artísticos seguir siendo arte a lo largo de la historia; según Tatarkiewicz, este elemento es la “experiencia estética”. Esta experiencia no tiene por qué estar ligada a la belleza, porque la falta de ella también puede crear una experiencia estética . Visto esto, podemos pensar que cualquier objeto que crée esta experiencia es artístico, pero esta deducción no sería del todo correcta.
En el arte, muchas veces no es la experiencia estética el elemento más importante, ya que puede que la intención del autor no sea buscar una estética, sino crear en el espectador emociones, sensaciones, traerle recuerdos, hacerle reflexionar.... Teniendo esto último en cuenta, si miramos las gafas de sol seguramente cada uno tenga distintas reacciones: recordar algo, imaginarnos el resplandor del sol, o incluso pensar que querer demostrar que éste es un objeto artístico no tiene ni pies ni cabeza (al fin y al cabo, eso es una sensación conseguida a través del objeto). Por otra parte, siguiendo el planteamiento de Tatarkiewizc, algunas personas pueden obtener alguna sensación de la estética de las gafas, por lo que se cumpliría la premisa de la creación de una experiencia estética, que como hemos visto es muy importante (aunque no suficiente) para considerar artístico un objeto.

Por lo tanto, hemos visto que las gafas de sol entran dentro de la definición de arte anteriormente enunciada, pero aún así, vamos a comprobar que otras características de este objeto también lo convierten en una obra de arte.

El arte ha existido en todas las civilizaciones a lo largo de la historia. Estos objetos artísticos podían ser más o menos prácticos en la vida diaria, pero siempre desempeñaban una función; ésta podía ser o no concreta, pero el ser humano necesitaba de estos objetos especiales. Lo que hace diferentes a estos objetos es el contenido estético, siempre presente en el proceso creativo humano, y precisamente en la base de este proceso se encuentra la explicación a la necesidad del arte por parte del ser humano.
El ser humano fue capaz de crear estableciendo una relación con la naturaleza; ésta consistía en una visión analítica del mundo, que fue posible gracias a la abstracción y a un proceso de simbolización. De esta manera, surgieron abstracciones y conceptos cada vez más complejos, llegando a la creación de los idiomas (un sistema de símbolo - significado). El arte, a fin de cuentas, es otro sistema de símbolo - significado, que es utilizado para comunicar cosas.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos decir que una de las funciones más importantes del arte, si no la más importante, es la comunicación. En el caso que nos atañe, podemos pensar que las gafas no comunican nada al espectador, pero eso sucede porque nos acercamos con prejuicios a las gafas. Creemos que las gafas nos tienen que transmitir un mensaje similar al de una escultura griega o renacentista, pero a decir verdad, muchas veces nos encontramos bastante lejos de entender completamente una obra de arte de estos periodos, aunque creamos lo contrario. Para hacerlo, tendríamos que conocer perfectamente el periodo histórico así como la supuesta intención del artista. En el caso de las gafas, ocurre lo mismo.
Haciendo un análisis en profundidad del Doríforo de Polícleto, obtendríamos como una conclusión posible que el autor deseaba transmitir lo que en la época entendían como “concepto de belleza” (muy importante en el arte griego) a través de los recursos escultóricos de la época. Frente a las gafas obtendríamos una conclusión similar: a la hora de fabricar la montura, se utilizaron todos los conocimientos técnicos de la época en la que fueron creadas para que fuese resistente y ligera, y al mismo tiempo, el diseñador tubo que conocer el “concepto de belleza” utilizado en esa misma época para que el comprador (entendido como espectador) se sintiese atraído por la belleza del diseño; en este caso además, cabe destacar que la fusión forma-función es perfecta, dando igual si consideramos las función de estas gafas como estética o práctica (proteger del sol), porque como hemos dicho, la función del arte no es concreta.
Desde el punto de vista del materialismo histórico, de Hauser por ejemplo, el arte es creado para hacer frente a los problemas que se nos crean a diario. En este caso, el problema y la solución están claros, y aún así, podríamos seguir afirmando que estas gafas poseen cierta función estética.

Otro argumento para considerar las gafas como un objeto artístico se basa en el proceso de creación. Muchas veces creemos que las bellas artes y las artes aplicadas (artesanía) están enfrentadas, pero vamos a ver que esto no es así, ya que un objeto puede pertenecer a estas dos categorías al mismo tiempo.
En el renacimiento, las artes aplicadas y las bellas artes se separaron, creando una dicotomía entre estas dos artes; lo que las diferencia es el objetivo: las bellas artes buscan la belleza, y las aplicadas la funcionalidad. De todas formas, las dos tienen un elemento común: el proceso creativo. El primer paso en este proceso es el diseño. Para ello, es necesario conocer perfectamente la función que va a desempeñar el objeto (en este caso proteger los ojos del sol). El autor va a llegar a este conocimiento por medio de la abstracción. Más adelante, este diseño debe ser trasladado a un soporte material. Como hemos visto, en el proceso creativo son necesarias igualmente habilidades físicas como intelectuales.
Pero este proceso creativo no está al alcanze de todas las personas. El artista o artesano necesita una formación concreta, además de unas habilidades especiales, tanto físicas como intelectuales, como hemos dicho anteriormente. En algunas ocasiones, el autor se salía de los modelos marcados y utilizados en busca de innovaciones, y esto estaba muy mal visto antes del renacimiento. Pero a partir del siglo XV, se entendió que salirse de los modelos para buscar la belleza como función de un objeto era correcto, dando así lugar al cisma entre artesanía y bellas artes.
Pero esta secesión ni fue total. Muchas obras de arte de gran calidad tienen funciones prácticas además de la estética. En su diseño se mezclaron la belleza y la funcionalidad, dando lugar a una obra de arte. Esto no va a ser una obra de artesanía, pero tampoco una obra de arte, ya que ambas funciones tienen cabida dentro del objeto. Esto mismo ocurre con las gafas: la función práctica de proteger del sol se combina con la función estética de ser acordes con el canon de belleza actual.


¿Y tú qué opinas?

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