La Vizcondesa Elvira Fernández, madre del Conde Ponce de Cabrera
Al tratar de los orígenes del conde Ponce de Cabrera, apuntábamos la posibilidad, creemos que, de no estar equivocado don Augusto Quintana Prieto, totalmente cierta, de que el nombre de la madre del conde, y por lo tanto, el de la esposa de Guerau II Ponç de Cabrera, fuera Elvira Fernández,. Pero, ¿quién era esta mujer?, ¿de qué familia procedía?. Intentaré en este artículo proponer una posible filiación para esta dama, descendiente del tronco real, de ser ciertas mis suposiciones.
Parece que todos los autores que se han ocupado de esta dama coinciden en señalar para ella un origen leonés, y así lo confirma también Fernández Xesta en su monografía sobre el conde Ponce: “El hecho de que doña Elvira poseyese bienes en territorio castellano-leonés, nos lleva a hacerla proceder de este Reino y, claramente, nacida de un “magnate” o “rico-home”.
En esta tesitura, sólo he podido encontrar, rastreando entre las “Elvira Fernández” recogidas por Margarita Torres Sevilla en su libro “Linajes nobiliarios en León y Castilla (siglos IX-XIII)”, un caso, que se adapta perfectamente a la dama en cuestión. Se trata de Elvira Fernández, hija del conde Fernando Vermúdez y la condesa María González. Sobre su vida no nos da M. Torres Sevilla información alguna, aparte de su filiación.
Me inducen a pensar en esta mujer como madre del magnate, diversos motivos. En primer lugar, su categoría social, pues tanto su padre, Fernando, como su abuelo Vermudo Ordóñez, ostentaron el título condal. Eran descendientes, además, de la familia real, ya que su abueloVermudo era, a su vez, nieto del rey Vermudo II de León, e hijo de Ordoño Vermúdez, bastardo del susodicho rey.
De otro lado, la marcada vinculación familiar con las tierras del norte de la actual provincia de Zamora. Así, nos dice Margarita Torres Sevilla hablando del padre de doña Elvira: “A comienzos de ese mismo año, 1074, otorga carta de dote a su esposa María a quien entrega diversas heredades, mayoritariamente situadas en Tierra de Campos y el norte de Zamora”. Entre los siete pueblos que cita la autora en nota, cinco de ellos se encuentran muy próximos entre si. Tres en la comarca leonesa de Los Oteros, dos en La Valdería, y otros dos, más alejados, en Tierra de Campos, : “Valdesaz, Castrobol, , Fuentes de Verroz, Santa María de Valderaduey, Alcubilla de la Valdería, Quintanilla, La Vizana, y Calzadilla”. No son nada raro estas posesiones, si tenemos en cuenta que ya anteriormente, una de las hijas del rey Bermudo II, hermana de Ordoño Vermúdez, ya donaba heredades en zonas limítrofes, según nos dice Torres Sevilla: “La infanta Elvira, “...Ueremundo regis filia...”, fue propietaria de ciertos bienes en Galicia, tal vez heredados de su madre, además de otros recibidos de su progenitor y situados en el valle de Vidriales”. En nota, nos precisa el pueblo de Pozuelo de Vidriales, y que lo posee de su padre, el rey.
Si por otra parte, analizamos el conjunto de bienes que aporta como dote San Pedro Cristiano en su ingreso en el Monasterio de Carracedo: “Junto al río Tuerto, en la villa que llaman La Isla, una yugada de bueyes; en Requejo, tres solares; en Calzadilla de la Valdería, un solar; en Pobladura de Yuso, dos solares; en Pobladura de Suso, tres solares; en Torneros, las tres cuartas partes de la villa con todos sus cotos y términos, según la poseyeron sus padres; en Sanabria y en Carballeda, cuanto allí tenía su abuela Elvira Fernández; a saber: En Manzanal, Rio de Celenios, Cabanillas, Anta, Triufé, San Esteban, San Salvador, Castellanos, Sampil, Robledo, San Juan de la Cuesta, San Pedro de Valdespino...”. Vemos cómo también estos bienes se situan en comarcas cercanas a las anteriores, coincidiendo con su supuesto bisabuelo en la propiedad de Calzadilla, en la Valdería, presentando además diversas propiedades en otros pueblos del mismo valle del Eria.
Si, por otro lado, analizamos los bienes del Conde Ponce, vemos que, según Fernández Xesta, el conde acumula una serie de propiedades en “Val de Salze”, que el autor identifica con la comarca de Los Oteros, anteriormente citada, y donde el conde Fernando Vermúdez entrega a su mujer como dote tres pueblos, entre ellos Valdesaz, también entregado en arras por su tío Fernando Ordóñez, como nos dice M. Torres Sevilla refiriéndose a este magnate:“Casó con Fronilde Gutiérrez, hija de los condes Gutierre Alfonso y Godo, a quien dió en arras Valdesaz.”
Tambien en la comarca de la Valdería ostenta propiedades el conde Ponce, concretamente en Villaferrueña.
Vemos, por lo tanto, diversas coincidencias entre las propiedades de los miembros de esta familia. Pero además, debemos considerar que las otras se encuentran en comarcas limítrofes. Así tendríamos propiedades en Sanabria y Carballeda por parte del conde Ponce y Pedro Cristiano. En la comarca limítrofe de Vidriales tenemos las propiedades de Elvira, la hija del rey Vermudo II. Rayando con las tres anteriores tenemos las propiedades de Pedro Cristiano, el conde Ponce y el conde Fernando Vermúdez, supuesto bisabuelo y abuelo, respectivamente, de los anteriores, en el valle del Eria. Y asimismo, muy cercana a las anteriores, tenemos la comarca de Los Oteros, donde también ostentan propiedades los miembros de esta familia.Se puede comprobar pues, cómo en una reducida extensión se concentran la mayoría de las propiedades de los miembros de esta familia.
Pero quizás el caso más concluyente lo encontramos en el pueblo de Villarín de Campos, a medio camino entre Benavente y Zamora, y muy cercano al Monasterio de Moreruela, tan ligado a la familia de don Ponce. En este pueblo encontramos intereses de varios miembros de la familia. Así, lo poseían, cada uno en una quinta parte, dos nietos de Vermudo II, el conde Sancho Ordóñez y Pelayo Ordóñez, aunque los poseen, según nos aclara Sancho, de la herencia de su abuelo materno, Pelayo Rodríguez.
Pues bien, en este pueblo también tenían intereses comunes los herederos del conde Poncio, y los de su hermana. Según documento, fechado en 1173, que recoge Fernández Xesta de don Cesareo Fernández Duro: “nosotros hijos del Conde don Poncio, Fernando Ponce el Mayor, Fernando Ponce el Menor y la Condesa doña Sancha Ponce y los “nietos” del mismo Conde, Fernando Gutierrez y Sancha Gutierrez y Teresa Gutierrez” . En este documento hacen donación de la iglesia zamorana de San Salvador, todo Villarín y otros bienes. Aclara Fernández Xesta que, donde dice “nietos”, debiera decir “sobrinos”, y propone que esta propiedad debían tenerla los sobrinos del Conde como herencia de él mismo y no de su hermana. Sin embargo, opino que no debe ser así, ya que como hemos visto, sabemos que la propiedad venía en herencia de Pelayo Rodríguez, bisabuelo del abuelo de nuestro Conde.
Vermudo Ordóñez, abuelo de don Ponce, debía poseer, como sus hermanos Sancho y Pelayo, una quinta parte de la villa, por lo que la herencia debía estar ya muy dividida cuando llega a manos de los primos que hacen la donación a San Salvador, y seguramente por este motivo, se encuentra indivisa. Aunque queda sin explicar por qué dicen “todo Villarín”, como no sea que debamos interpretar que donan todo lo que ellos poseen, o que, de alguna forma, la propiedad ha vuelto a reunirse en una sola mano.
Un tercer y último dato, que corroboraría nuestra suposición, es la concordancia de fechas. Según Fernández Xesta, el Vizconde Guerau II Ponç de Cabrera casaría con Elvira entre los años 1095 y 1098. Si, por otro lado, tenemos en cuenta que la carta de arras de Fernando Vermúdez se data en 1074, podemos pensar que Elvira naciera dentro de la década séptima del siglo XI, por lo que hacia el año 1095 podría muy bien tener unos veinte años escasos, por lo que podría muy bien ser, por edad, la esposa del Vizconde.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández Xesta y Vázquez, Ernesto. Un Magnate catalán en la corte de Alfonso VII. Prensa y Ediciones Iberoamericanas, S.A. Madrid, 1991
Quintana Prieto, Augusto. El Obispado de Astorga en el siglo XII. Publicaciones del archivo diocesano de Astorga. Astorga, 1985
Torres Sevilla-Quiñones de León, Margarita. Linajes nobiliarios en León y Castilla (siglos IX-XIII) Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, Valladolid, 1999
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