sábado, 16 de octubre de 2010

Los libros de cifra para Vihuela en la España del siglo XVI - Conferencia de John Griffths en la Universidad de Valladolid


La conferencia expuesta por John Griffths tuvo como objetivo explicar, o por lo menos, arrojar algo de luz sobre la producción de libros de música cifrada en el siglo XVI en España. Para Griffths, la base del surgimiento y la gran difusión de la cifra fue la invención de la imprenta, gracias a la cual se hizo posible la difusión de la música culta a personas sin conocimientos musicales demasiado grandes o nulos. La vihuela y la tecla serían los instrumentos para los que más cifra se escribió, dado que su carácter polifónico los hacía adecuados para interpretar música a solo o acompañar a un cantante u otro instrumento solista, además de servir para la reducción de obras polifónicas a un solo instrumento (se sabe por ejemplo que Palestrina pasaba a cifra sus obras para poder obtener un resultado final de sus composiciones para coro), dando lugar a un fenómeno similar al del siglo XIX con los arreglos de obras operísticas y orquestales para piano, vía de conocimiento de ese tipo de composiciones para las personas que no podían asistir a esos espectáculos.

No se tiene demasiada información sobre los vihuelistas y los violeros (constructores de vihuelas y todo tipo de instrumentos de cuerda), ya que las fuentes escritas al respecto son reducidas. Aún así, haciendo cálculos sobre los pocos datos obtenidos y extrapolándolos, vemos que la cantidad de instrumentos que se podían construir y que pudieron existir era elevada (más todavía si pensamos que el número de violeros que hubo es mayor del que tenemos conocimiento). Sí se tienen noticias por ejemplo del método de aprendizaje que seguían los vihuelistas, tanto para componer como para aprender a manejar y a escribir en cifra, que no era otro que pasar a la notación cifrada cualquier obra de polifonía de algún autor conocido. Ahora bien, la producción en cifra no solo se reduce a transcripciones, sino que también encontramos composiciones propias como fantasías, tientos, danzas...


Uno de los primeros problemas al que se enfrenta el investigador cuando aborda el estudio de estos libros es, como explica John Griffths, el motivo por el que fueron compilados y publicados. Él cree que el principal era el económico, aunque siempre estaba cubierto con supuestos afanes didácticos o de otra índole, siempre en consonancia con el ideal humanista del momento. Internamente, los libros solían estar compuestos de distintos libros (lo que se ha dado en llamar “modelo bíblico”), ordenados en muchas de las ocasiones desde un nivel de dificultad bajo hacia uno más alto progresivamente, de ahí el valor didáctico de los libros.

Ahora bien, en España nunca hubo una industria de impresión de libros de cifra equiparable a la de Italia o Francia, debido a varias razones. Por una parte, en España el derecho de autor se da al autor mismo y no al editor como en los otros dos países, por lo que al dueño de la imprenta no le sale tan rentable imprimir un libro de música y al músico tampoco, ya que no es experto en hacer negocios. Además de eso, la burocracia jugó también un papel negativo, ya que el reino ejecutaba su poder sobre la obra: debía dar el visto bueno, censurar lo que no creía oportuno, fijaba el precio de venta al público del libro y también el tiempo de explotación del mismo por parte del autor. Todas estas trabas y otras que no se mencionan son las que hicieron que la industria de los libros de cifra no se desarrollara de una manera muy grande en España.

Además de todas estas explicaciones, John Griffths utilizó para la ponencia un Power Point donde mostró tanto ejemplos de libros como de contratos y todo tipo de documentos. Pero sin duda el momento más valorado por los asistentes fue el de la explicación sobre como se imprimían los libros. Cogiendo una partitura de modelo, hizo el camino inverso a la producción: la copia en la plancha en espejo, la selección de los tipos, la ubicación en la plancha... dando al oyente una visión clara de un proceso que no suele verse explicado normalmente y que es muy complicado de explicar solo con palabras.


La conferencia arrojó bastante claridad sobre un tema que a primera vista puede parecer denso o carente de interés. En un principio uno puede pensar que se van a tratar temas puramente musicales, pero al final se ve como de música se habló más bien poco y se analizaron los contextos sociales, tecnológicos,... para reconstruir un “mercado” bastante curioso. Un musicólogo como yo podía ir a la conferencia esperando una comparación entre las formas de escribir la cifra, la conducción de voces, el estilo compositivo de los distintos libros o los distintos recursos tipográficos para distinguir elementos (como la coloración en rojo para marcar la voz principal), pero nada más lejos de la realidad. Antes de entender la música hay que entender dónde, cómo y por qué se escribió, y en este caso John Griffths lo hizo perfectamente. Me pareció un complemento formativo muy interesante, ya que muchas veces en las clases de transcripción no hay tiempo para tratar este tipo de temas, que sin duda ayudan a entender mejor la escritura del libro y su función.

jueves, 14 de octubre de 2010

VELEIA: Mejor con humor